Hace más de 5 meses los vecinos de Salta y Lavalle le reclaman a la municipalidad por los yuyos que habitan en la acequia y vereda de esa esquina, y que los propietarios -increíblemente- se niegan a limpiar.
Los pastizales ya tienen más de un metro y medio de alto, y cada vez que los vecinos vuelven a reiterar el reclamo vía telefónica, el operador le contesta que «ya lo tienen anotado».
En fin, el mugriento del frentista no limpia, como así tampoco la municipalidad.
De seguro que con la llegada de estos calores, los mosquitos y otras alimañas se harán un festín en tan linda esquina.