El movimiento policial que se vio ayer a las 10 de la mañana en el interior de la Plaza 9 de Julio se debió a un procedimiento de rutina, que dejó como saldo la detención de un «trapito».
El sujeto, estaba en compañía de su hijo de seis años, y tenía en su poder un total de 31 porros, los que se supone poseía para su venta.
Sabido es que la Plaza 9 de Julio es uno de los lugares elegidos por vendedores, compradores y consumidores de marihuana.