Tienen que tratar con la escoria de la sociedad ocho horas por día; cobran sueldos de hambre; son víctimas diarias de la violencia verbal y física de los reos, quienes también los escupen.
Desde luego que, como en todas las profesiones, hay personal penitenciario excelente, intachable, y también de los malos, incluso corruptos.
Mientras los prisioneros usan la ropa que quieren y circulan dentro del penal sin identificación, los penitenciarios no solo deben llevar uniforme, sino que por una reciente disposición de la Dirección General del Servicio Penitenciario los trabajadores de la cárcel tienen que lucir obligatoriamente un brazalete con un número y correspondiente legajo.
PEDIDO DE LOS DERECHOS HUMANOS
La resolución es un triunfo de organizaciones de Derechos Humanos, que pedían que los penitenciarios estén identificados, con el objeto que los presos puedan denunciarlos si resultan maltratados.
En un país normal esto es por demás correcto, pero en nuestra provincia al menos el tema genera el debate.
«Los tenemos que usar o nos sancionan», explicó uno de los funcionarios a HOY SAN RAFAEL.
«Hace poco un compañero que hacía requisa a las visitas, enganchó elementos prohibidos que quiso entrar una mujer, y el interno lo amenazó de muerte… Ahora ya estamos regalados, porque en 5 minutos pueden averiguar donde vivimos y hasta ver las fotos de nuestros hijos por Facebook», nos comentó el guardiacárcel.
«A ellos nada les hacen cuando nos agreden, y nosotros debemos desfilar por tribunales permanentemente por sus denuncias falsas… imaginate ahora que nos tienen servidos con este número que nos ponen, como hacían en los campos de concentración», finalizó nuestra fuente.