El superintendente general de Irrigación, Sergio Marinelli, fue tajante al hablar sobre la estimulación hidráulica (fracking), actividad no convencional para extraer petróleo y gas: “Nosotros hicimos una resolución en el 2018, la 249, precisamente para poder controlar y estar preparados. Les exigimos a las empresas mineras que realizan esta actividad que usen solo agua de formación. Al fracking le damos cero agua cruda, cero agua dulce”, aseguró.
“Esa agua de formación, ¿de dónde la sacan? Cuando hacen la extracción de petróleo, una parte es petróleo y otra es agua con un altísimo contenido salino. A esta agua la tratan, la depositan, la usan para el fracking y luego la reinyectan en el mismo lugar de donde la sacaron”, agregó Sergio Marinelli.
“El fracking se está haciendo en la lengua Norte de Vaca Muerta. Hay tres formaciones: una es Vaca Muerta y las otras son similares. El petróleo está contenido en la roca madre a más de 1.800 o 2.000 metros. Entonces, lo que hacen para extraerlo es un pozo convencional de petróleo y a la par un pozo de agua, que es el que usamos nosotros para hacer un monitoreo permanente, tomando muestras que son analizadas por la Universidad Nacional de Cuyo”, detalló el titular de Irrigación.
Marinelli sostuvo que “la empresa privada saca las mismas muestras, en el mismo momento, siguiendo un protocolo, y también las hace analizar en el laboratorio privado que elige. Después se contrastan los resultados. Ese pozo convencional lleva una cantidad mínima de agua potable. Para tener una idea: 12 pozos consumen lo que consume media hectárea de viña en todo el año. Pero, insisto, cuando se hace la fractura hidráulica, que es el fracking, interviene un equipo especial que lo que hace es meter agua de formación. No se usa agua dulce”.
“Decir que Mendoza se está secando por la actividad del fracking es una mentira absoluta. En el Observatorio del Agua de Mendoza, que nació en Irrigación e integran además otros organismos públicos, está publicado esto que estoy diciendo. El Observatorio es una herramienta de diálogo que empezamos a usar porque la gente tiene miedo y al miedo hay que atenderlo, por más que sea irracional en algunos casos, existe”, indicó el funcionario.
“Hay personas que están en contra del fracking por razones ideológicas. Bueno, tienen derecho, pero con ellos es imposible hablar. Por más que le expliques y le muestres, ellos ya tienen su opinión formada, no importa si generan o no problemas. Hay personas que por razones teóricamente del cuidado del ambiente, tampoco lo quieren y no están dispuestos al diálogo. No obstante, a pesar de las diferencias se puede discutir con base científica si causa o no problemas. Y, por otro lado, están las personas que han adquirido temor, por tanta prédica y tanta mentira. Es porque están mal informadas, con ellas tenemos que trabajar para que estén tranquilas. Porque nosotros, en Irrigación, también queremos estar tranquilos”, finalizó Marinelli.