«A confesión de partes relevo de pruebas», reza un viejo axioma.
Muchas veces probar la violencia de género es difícil, pero cuando el agresor confiesa, y deja grabada esas palabras, las pericias médicas están demás.
En junio pasado, una joven de nuestra Ciudad fue «rescatada» por su familia de su pareja de 26 años, quien la habría agredido físicamente varias veces, en la casa que compartían del barrio San Rafael.
La denuncia fue radicada en la Comisaría 8va, y desde entonces Renzo Basteri no para de acosarla y amenazarla telefónicamente, a tal punto que la joven se tuvo que ir de San Rafael, por el miedo que le generaba quien es el padre de su único hijo, casi dos años de edad.
Debido a la lentitud con que trabaja la justicia, la familia de la damnificada decidió dar a conocer unos mensajes de voz que Basteri le dejó a su ex, y que son escalofriantes.
«Si fuera por mi te escupiría en la cara… Ni siquiera me arrepiento de haberte re cagado a trompadas, te lo digo en la jeta… Vos para mi sos un sorete, sabelo», le dice el hombre con un tono intimidatorio.
En el segundo audio, Basteri se pone melancólico, y llora diciendo que la quiere a ella y a su hijo.
Ya en el tercer y cuarto audio, que grabó hace apenas tres días, la vuelve a insultar.
En estos momentos, donde la figura del femicidio ha tomado matices inesperados en nuestra sociedad, es necesaria la intervención judicial para que estas intimidaciones lleguen a su fin, por el bien de la joven y su bebé.
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