CRÍTICA A LA FIESTA DE LA VENDIMIA

El esfuerzo y trabajo de tantos meses de bailarines, vestuaristas, utileros, músicos, etc, se vio opacado nuevamente por la larga duración de la Fiesta, la que terminó aburriendo al público, ya que se extendió hasta casi las 2 de la madrugada, cuando tuvo lugar la coronación.


Como todos los años, hay gente de distritos, que en el afán de apoyar a su soberana, hace cola desde la siesta en el teatro griego, para obtener los mejores lugares de la platea alta, y conseguir de esa manera mostrar sus carteles.
Además, gente grande (entre ellas funcionarios) con la cola apoyada sobre el duro cemento de las gradas desde las 21 horas. Sí, cinco horas.

Las presentaciones, agradecimientos, “chivos”, y otras innecesarias menciones hicieron que el espectáculo arrancara después de las 23 horas.
También fue muy larga la oratoria de la reina saliente (casi 10 minutos).
Para colmo el musical -que no debe durar más de 50 minutos- se extendió por una hora y diez minutos (lo bueno y breve, es dos veces bueno).
Párrafo aparte fue para los locutores, que ante los huecos entre protocolo y protocolo abusaron de cursilerías y fueron repetitivos hasta el hartazgo.
También demoró mucho el desempate entre la segunda y tercera reina. Habrá que pensar –a futuro- una manera más veloz de definirlo.
Demás está decir que los vecinos de distritos llegaron a sus casas pasadas las 3 de la mañana.

PÉSIMAMENTE CANTADOS LOS VOTOS
Una verdadera falta de respeto fue la manera en que se cantaron los votos a cada reina, al menos para la prensa que lleva el recuento.
Por momentos, los locutores se tomaban 15 segundos para anunciar un sufragio, y en dos momentos distintos revelaron una metralla de votos, haciendo imposible que podamos anotarlos.

NUNCA SE CONFORMA A TODOS
Respecto al espectáculo en sí mismo y a la reina elegida, hay críticas como siempre las hubo. Pero eso es un factor absolutamente subjetivo de cada persona. Lo que definitivamente no está bien es la larga duración de la Fiesta, que no debiera ser mayor a dos horas y media, como ocurre con la Vendimia Nacional.

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