El 5 de noviembre pasado, Ramón Castro Porcel degolló a su ex mujer luego de enterarse que -tras la separación de ambos- estaba saliendo con otro hombre.
El hecho ocurrió en Gral. Alvear, y vale decir que Roxana Ferreyra había vivido 18 años con su asesino, con quien tuvo 4 hijos.
Ni bien le cortó la garganta a su mujer, Castro se colgó a un árbol con la intención de suicidarse, pero falló en el intento, y fue detenido por la policía, a la que contó con detalles el hecho.
Como se trataba de un homicidio confeso, la defensa sólo intentó victimizar al acusado por el estado psicológico en que se encontraba tras la separación, y que mató en «emoción violenta», por lo que pidió al Jurado en el alegato que no le incluyeran la carátula de «femicidio».
Sin embargo, el Jurado estuvo de acuerdo con el pedido del fiscal Pablo Peñasco y encontró al acusado culpable del delito de «homicidio doblemente agravado, por el vínculo y por género», por lo que el juez Julio Bittar determinó la única pena posible ante este delito: prisión perpetua.
Es el tercer juicio por Jurados en San Rafael tras la modificación del Código de Procedimiento Penal, y vale decir que en los tres casos se llegó al máximo de la pena.