Mientras que algunos funcionarios se hicieron ricos en la función pública, otros siguen teniendo los mismos autos, y hasta bajaron el nivel de vida, porque los sueldos municipales son mucho menores a los ingresos que pueden aspirar siendo profesionales, en la actividad privada.
Es el caso del director de Cultura, Guillermo Romano, que hace siete años que está al frente del área.
Abogado de profesión, entró a la función pública con esta vieja camioneta Ford Ranchero, color naranja (que no pasa desapercibido) que aún conserva y es su único medio de movilidad.
De hecho, hace un año y cuatro meses, cuando se desarrollaba la Fiesta Departamental de la Vendimia, ladrones ingresaron a su propiedad y le robaron, entre otras cosas, la televisión y la radio, que hasta hacía poco tiempo no había podido reponer.
«No puedo escucharte por la radio porque me la robaron, y no he podido comprar otra», le dijo al periodista Alejandro Dell´Orbo, hace unos dos meses atrás.
La vida austera de Romano es notoria, sólo invierte en ropa, aspecto que se le nota en su elegancia. Es más, en una encuesta hecha hace unos años, fue el funcionario señalado como el mejor vestido.