Mientras que una persona de bien, con consciencia social y respetuosa de las leyes en vigencia, se cansa de dar vueltas con su coche para encontrar estacionamiento en el centro, otros (que lamentablemente son la mayoría) toman el atajo de la infracción, del joder al otro con tal de caminar lo menos posible.
Es el caso de TODOS LOS SANRAFAELINOS QUE ESTACIONAN EN LA OCHAVA, esa dársena que se ubica entre la línea municipal y los primeros 5 metros de edificación.
Un lector que esta mañana buscaba estacionar, observó en la esquina de Olascoaga y Córdoba las cuatro ochavas ocupadas por vehículos, que ni siquiera colocan una tarjeta, ya que los inspectores municipales sólo pueden hacer multas entre carteles.
¿Y Policía Vial? ¡Bien, gracias!!!