El Senador Provincial Mauricio Sat, impulsa una Ley mediante la cual se regula la disposición de pilas y baterías en desuso; algo que en la actualidad no está normado, pese al alto riesgo de contaminación que representa.
“Apuntamos a la protección de la salud pública por un lado y del medio ambiente por otro; creando un marco legal que posibilite además, fomentar un uso responsable de estos elementos y un proceso de reciclado eficiente en base a un Plan de Gestión Ambiental diferenciado del resto de los Residuos Sólidos Urbanos”, señaló Sat.
“En el armado de la ley, nos interiorizamos acerca de cómo se viene trabajando en la provincia, y nos encontramos con municipios que vienen trabajando muy bien en la temática, otros que lo hacen de manera regular y en otros casos, donde se está trabajando mal o directamente el tema no se aborda; por eso creemos necesario generar una Política de Estado, y esto se facilita a través de una ley”, remarcó el legislador sanrafaelino.
La Ley, se basa en dos principios guía:
Responsabilidad Extendida del Productor, es decir que toda persona que produzca, importe, distribuya y/o comercialice pilas y baterías, será responsable de su gestión en la etapa post consumo.
Uso de la mejor Tecnología Disponible: La gestión de los productos y sus materiales recuperados al final de su vida útil, debe realizarse con las mejores técnicas y prácticas disponibles sujeto a condiciones de viabilidad técnica y económica de modo de alcanzar un alto nivel de protección del ambiente.
Por esta ley, están alcanzadas las pilas de uso común AA, AAA, AAAA, C, D, N, prismáticas 9V, y pilas botón y baterías (especialmente baterías de celular) que se encuentran disponibles para su compra minorista y/o mayorista.
“Esta ley es un paso importante para seguir avanzando en mejorar nuestro entorno, en este proceso necesario que debe darse hacia una Mendoza más sustentable”, remarcó el legislador.
Entre los elementos tóxicos para la vida humana y de los animales, las pilas contienen mercurio, cadmio, níquel, litio, manganeso, plomo, y zinc, capaces de provocar ceguera, daños en riñones y en pulmones, cáncer e incluso la muerte si la exposición es muy alta.
Una vez recolectadas, existen varias formas para disponer las pilas y baterías: el primero y más recomendado, es mediante la utilización de «altos hornos de arco», en los cuales con la temperatura adecuada, se logra su destrucción mediante incineración, obteniéndose polvo de cadmio, mercurio y cinc que es sometido a un tratamiento posterior. Este tipo de hornos existe en Mendoza, lo que hace viable esta alternativa.
Al segundo método más difundido, se lo conoce como vitrificación, donde las pilas y baterías son colocadas en un recipiente, en el cual se las “engloba” con vidrio fundido que una vez endurecido, encapsula a la pila o batería, evitando que cualquiera de sus elementos tóxicos, entren en contacto con personas, animales o el medio ambiente, mientras que al tercer método se lo conoce como cementación, cuyo proceso es similar al utilizado en la vitrificación.
Es importante destacar, que tanto en la vitrificación como en la cementación, los bloques que se generan suelen colocarse dentro de recipientes sellados herméticamente, los cuales se disponen a su vez, en un vertedero controlado a fin de evitar cualquier proceso de contaminación.