Ya comenzó a funcionar el primer dispositivo electrónico para casos de violencia de género, siendo Mendoza la primera provincia del interior del país en aplicar esta tecnología.
La medida, adoptada por el Gobierno de Alfredo Cornejo a finales del año pasado, consiste en pulseras electrónicas con un sistema de geolocalización para controlar, mediante monitoreo de 24 horas, si una medida de prohibición de acercamiento se incumple.
El ministro de Seguridad, Gianni Venier, aseguró que “el sistema de control es eficiente y no estará limitado sólo a un monitoreo sino que es parte de un control general”.
Además, el sistema tiene un “botón antipánico”, que tiene la particularidad de grabar la señal y activar, al mismo tiempo, la señal de georreferencia a través del Centro de Monitoreo y Gestión (CMyG). Desde allí se enviará información al órgano judicial que ha dictado la medida.
“Nos va a permitir que en casos donde la violencia es muy clara, donde el agresor sea recalcitrante en la agresión, nos permita no sólo resguardar la integridad de la víctima sino saber cuándo se viola la prohibición de acercamiento para que el tribunal pueda tomar otras medidas”, puntualizó Venier.
COMO FUNCIONARA
El dispositivo electrónico se colocará a los presuntos agresores y víctimas de violencia de género que se encuentren en una situación de violencia considerada de alto riesgo, y cuando sea necesaria su implementación para garantizar el efectivo cumplimiento de las medidas cautelares ordenadas.
La tecnología cumple funciones de verificación de presencia y localización dual. El sistema está compuesto por una pulsera y un dispositivo para el presunto agresor; y un dispositivo destinado a la víctima.
Instalados los elementos, emitirán una señal continua que permitirá determinar la posición de los individuos. Una vez instalados la pulsera y los dispositivos, el presunto agresor no podrá acercarse a la víctima, debido a que la distancia de restricción se mantendrá, fuere cual fuese el ámbito donde se encuentren las partes, ya sea por acción premeditada o fortuita.
Ante una aproximación indebida, los elementos enviarán una alarma para desalentar el acercamiento al presunto agresor y advertir el acercamiento a la víctima y al Centro de Monitoreo y Gestión.
De este modo, estas alertas serán recibidas por el CMyG, que funcionará en el Centro Estratégico de Operaciones (CEO), y desde donde un operador entrenado y capacitado tomará las medidas establecidas en el protocolo de actuación.