Haber «jugado» con la expectativa de los turistas que viajaron a San Rafael en distintas oportunidades durante los últimos años, quienes se encontraron con el río cortado y sin la posibilidad de hacer raffting, tuvo su precio, y se cristalizó en esta primera quincena de enero.
La ocupación promedió el 72%, con picos de 80, muy lejos de otras temporadas en que había que mandar a las parejas a dormir a los hoteles alojamiento, porque se acababan las camas en cabañas, aparts, departamentos y hoteles.
Para la segunda quincena se espera que suban las estadísticas, pero hay que decir que los precios de los alojamientos no ayudan, si se tiene en cuenta el nivel de los servicios.