- A las 7 de la mañana de ayer, en la tercera cuadra de Av. San Martín, se produjo un robo en el interior de un negocio. Desconocidos, accedieron a un patio interno del local "Sepia", quitaron una reja, rompieron una ventana e ingresaron a la propiedad, de sonde sustrajeron una notebook y una cámara de fotos digital. - Un hecho similar se produjo también ayer en horas de la siesta, en un local de mandados de calle Almafuerte al 200. La policía sorprendió en el interior a un sujeto que estaba por robarse un equipo de música y una estufa eléctrica. - Por otra parte, el propietario de una vivienda de calle Alsina al 400, denunció en Comisaría 32 que se retiró de su
Día: 23 noviembre, 2014
Pobre Diablo: Se le cortó la cadena de la moto y aprovecharon para asaltarlo
Un joven de 25 años que circulaba ayer a las diez de la mañana por ruta 143 en su moto 110 cc, sufrió la rotura de su moto al salirse la cadena. Mientras intentaba colocarla, se acercaron dos sujetos que lo "patotearon" y le quitaron la motito.
Apagón: ¿Falta de inversión o accidente?
A las 9.20 de la mañana del jueves, unos 50 mil usuarios de la empresa Edemsa quedaron sin suministro en San Rafael. ¿El motivo? Se quemó un cable de unos 10 centímetros de espesor en la subestación de barrio San Rafael, que transporta 13.200 voltios. El cable se recalentó y se prendió fuego, tanto el cobre como el aluminio que lo recubren. Acto seguido, el fuego se propagó a los otros 19 cables que lo rodeaban. Hay que decir que dichos cables son nuevos; se colocaron en septiembre pasado, conjuntamente con la instalación de un nuevo transformador que costó millones de dólares. Tras el "desastre", una decena de técnicos vinieron desde Valle de Uco y Mendoza, para ayudar en el cambio de los cables.
Históricas: La muchacha convertida en piedra*
En la zona donde hoy existe la Villa "El Sosneado", a unas treinta leguas hacia el oeste del gran territorio del aún no fundado San Rafael del Diamante, vivía con su madre una muchacha india, desobediente y de mal carácter, llamada Elcha Yancatú. Cierto día, su madre, una araucana tan bondadosa, como rebelde era su hija, le pidió que trajera agua de la vecina "Laguna Querida", cosa que disgustó a la joven, quién, a regañadientes, y con un cántaro en la cabeza, marchó hasta las cristalinas aguas, donde vió nítidamente reflejado su rostro, que a pesar de ser hermoso, ella lo juzgó de horrible. Maldijo su suerte, y presa de furia arrojó con violencia el recipiente sobre las piedras del lago. Tomó asiento,