Lejos del divismo que suele generar la fama, el sanrafaelino Mario Vilurón llegó en un micro de línea a nuestra terminal, y pasa estos días -antes de radicarse en Buenos Aires donde le llueven propuestas de trabajo- en su casa de Goudge.

Ayer, junto a unos amigos, se bañó en un canal de riego del distrito capital del durazno.

Mientras tanto, prepara el repertorio para el concierto que dará el próximo sábado en el Club Los Campesinos.

Por lo visto, la fama no afectó la humildad de Mario.

Comentarios

comentarios