Avanzan las gestiones para la reapertura de la mina Hierro Indio, donde se podrían extraer cien mil toneladas por año

Las comisiones de Obras Públicas, Legislación y Asuntos Constitucionales, Ambiente y de Economía y Minería de la Cámara de Diputados, iniciaron hoy el análisis del proyecto que contiene la Declaración de Impacto Ambiental de Hierro Indio, en la fase de exploración.

Participaron del plenario el secretario de Ambiente, Humberto Mingorance, el subsecretario de Energía y Minería, Emilio Guiñazú, y la directora de Protección Ambiental, Miriam Skalany, quienes expusieron detalles de este proyecto minero que involucra un área de dos minas ubicadas al suroeste del río Atuel.

 “Lo que se está evaluando ahora en la Legislatura es la ratificación de la DIA de Hierro Indio para la exploración. La primera fase es la de exploración para saber cuál es el potencial de la cantera o de la mina, y cuál es la inversión a futuro que hay que hacer”, dijo al respecto Mingorance, quien aclaró que en este proyecto, “ni la exploración ni la explotación, utilizan sustancias químicas”.

“La formación de la roca tiene una ley –se le llama ley a la cantidad de metal que tiene la roca- muy alta. Es tan alta, que solamente con la molienda y con magnetismo pueden separar el hierro. Por ello, no utiliza volúmenes importantes de agua ni sustancias nocivas o que estén dentro de la 7722”, añadió tras recordar que para esta fase exploratoria, la inversión prevista es de 2 millones de dólares.

Por su parte, Guiñazú sostuvo que en esta primera etapa lo que se busca es “determinar cuál es el volumen de material y a partir de la determinación de ese volumen, si se dan las condiciones, factibilizar una explotación comercial que llegado el caso también debería ser analizada desde el punto ambiental y sometida a la Legislatura”.

“Para llegar a pensar que vamos a tener explotación, primero tenemos que determinar si tenemos material para ser explotado. Cada uno de estos procesos implica determinar qué volumen de riqueza tenemos en la provincia de Mendoza y a partir de saber lo que tenemos, definiremos si lo explotamos o no en función de otras circunstancias”, sostuvo, subrayando que este proyecto “cumple con todos los requerimientos técnicos de la 7722”.

Guiñazú manifestó asimismo que superada esta etapa y “si el inversor entiende que es explotable comercialmente, tendrá que hacer un análisis  de impacto ambiental, someterlo a las autoridades técnicas para su aprobación y después someterlo a las autoridades legislativas para ser aprobado por Ley”.

Esta  primera fase se estima que durará dos años, no obstante, si los resultados son positivos y se va ampliando el área de exploración, probablemente se pueda ampliar ese plazo “porque el objetivo acá eventualmente es también determinar cuál es el tamaño de una posible explotación comercial. Lo iremos viendo a medida que el proceso vaya avanzando. En principio, son dos años porque se trata de una zona donde el clima no permite trabajar todo el año”.

Finalmente explicó que se trata de una fase sencilla, que consiste en “magnetometría y gravimetría, y en la segunda etapa serían las perforaciones que son muy pocas”.

Según indicó el funcionario, de acuerdo a lo que se considera que puede haber en la mina, «estaríamos hablando de alrededor de cien mil toneladas año, lo que si bien es poco a nivel minería, para Argentina podría significar remplazar el 30% del total de las importaciones de hierro que hoy realiza el país. Si realmente la exploración fuera muy positiva, y todos estamos apostando a que así sea, tal vez se puede llegar a remplazar el cien por ciento de las importaciones de hierro del país, lo cual implicaría  también una ayuda para equilibrar nuestra balanza comercial”.

Durante la reunión, se destacó que se pidieron dictámenes a los Municipios de Malargüe, San Rafael y General Alvear, así como al Departamento General de Irrigación, el IANIGLA y la Dirección de Recursos Naturales. Esa documentación, forma parte del expediente que fue remitido por el Poder Ejecutivo a la Cámara de Diputados.

 “Es un proyecto sencillo, que no utiliza un proceso hidro-metalúrgico, por no necesita agua ni químicos, con lo cual, desde el punto de vista ambiental, cuesta encontrar proyectos que tengan tan bajo impacto”, resaltaron los funcionarios.

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