Caliente sesión en el HCD

María José Sanz, Mauro Bignert, Martín Serrano y Lucas Quesada, del bloque UCR.
María José Sanz, Mauro Bignert, Martín Serrano y Lucas Quesada, del bloque UCR.

La definición de Cristina Da Dalt, al promediar la sesión de ayer en el recinto del HCD, lo dice todo: «Nunca me tocó vivir una sesión con tan alto nivel de agresividad«.
El hecho es que el nuevo bloque radical tiene un objetivo certero: Mostrar con discursos acalorados las DIFERENCIAS que mantiene con el bloque oficialista… y cuando no existen tales diferencias, INVENTARLAS.
En una sesión anterior, los radicales ya se habían trenzado a gritos con sus pares justicialistas, al oponerse a un subsidio de 120 mil pesos al Club El Tropezón.
Ayer la cosa fue a la inversa: quienes se opusieron a un proyecto, presentado por los «radichetas», fueron los «peronchos».
María José Sanz propuso que la municipalidad compre cuatro alcoholímetros, y colaborar así con la Policía Vial, que cuenta con solo un aparato.
En este sentido, los ediles del PJ argumentaron su negativa debido a que es obligación de la provincia aportarlos, y que ya se están haciendo gestiones con el ministerio de Seguridad para adquirirlos.
Tanto la concejal demócrata, María Dolores Sánchez, como la díscola justicialista, Fabiana Esperanza, apoyaron la postura del oficialismo, por tanto los radicales apenas reunieron sus propios cuatro votos.
Aunque la anécdota no fue la votación, sino los elevados tonos de voz, acusaciones y críticas que salieron de la boca de los ediles radicales, que se deshacen en querer diferenciarse con el oficialismo, como hace muchos años no se escuchaba en el HCD.
Está claro que la UCR pretende ser gobierno en el departamento en el 2015, por eso ahora sus representantes legislativos quieren hacer ver a la gente que el «felixismo» está haciendo mal las cosas.

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