Carlos Rehder*: «Mayor experiencia no es mayor sabiduría»

Construimos la vida en base a la acumulación de las experiencias y sucesos pasados; esto funciona para la vida externa según las obligaciones adquiridas, pero en el mundo íntimo, la felicidad y plenitud sólo se logran ganándolas cada día, ignorando la vivencia de ayer.
Acumular experiencia en la vida interna es amontonar sucesos cadavéricos que destiñen las vivencias de cada momento.
¿Para qué nos sirven las viejas culturas, las religiones, las creencias, la historia, las sabidurías milenarias orientales, el conocimiento, la investigación científica, la astronomía y la filosofía, si cuando aparecen las mínimas dificultades domésticas o existenciales de la vida diaria no sabemos qué hacer o como proceder con nosotros mismos?
Tampoco, en milenios, hemos sido capaces de crear una técnica personal efectiva, que nos permita superar los problemas de la existencia propia, ni siquiera los más triviales. Toda complicación nos afecta internamente por demasiado tiempo.
No logramos hacer un «click» o diseñar íntimamente un escudo protector que impida llegar tan adentro la presión de los tropiezos que debemos enfrentar a diario, ni tampoco evitar los embates nefastos de la mente… es triste.
Sin embargo, existen en nosotros desconocidos pero muy poderosos valores que debemos descubrir y desarrollar para enfrentar positivamente los escollos que entorpecen, de manera implacable, nuestras vidas, sólo es necesario el auténtico interés de encontrarlos en nuestro, aún, inexplorado mundo interior.

ESTEREOTIPADOS
Hacemos lo que «se dice» que «hay que hacer».
El entorno se ocupa, continuamente, de mantenernos con la «necesidad» de pertenecer y obedecer en forma encubierta. La publicidad dice qué debo tomar, qué debo comer, cómo debo vestirme, como tengo que divertirme, que debo leer, qué película debo ver; en fin, la publicidad y el entorno me dicen, cómo tengo que ser.
La publicidad produce la avidez por las novedades.
Ya no puedo detenerme, debo consumir, consumir y consumir novedades, todo el tiempo.
Tristemente, el ser humano vive anulándose como individuo para ser mediocre, porque le resulta más cómodo.

* Pensador sanrafaelino –  Tel: 442-6302

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