A unos mil metros de la Rotonda El Cristo, cedió el pavimento de la bicisenda y se transformó en una peligrosa trampa para los ciclistas, quienes luego señalizaron con una planta para que nadie caiga en el pozo.
A unos mil metros de la Rotonda El Cristo, cedió el pavimento de la bicisenda y se transformó en una peligrosa trampa para los ciclistas, quienes luego señalizaron con una planta para que nadie caiga en el pozo.