Dura carta contra Manferro S.A. por la contaminación en El Nihuil

Humo Nihuil 2
Para los que tomamos a El Nihuil como algo más que un lugar esporádico de pesca, o de asado de fin de semana, resulta realmente indignante que vivamos lo que nos toca padecer por motivos de la industria MANFERRO SA (EX CARBOMETAL).
Las fotos creo que son mas que evidentes , con respecto a la emanación de humos , con olores desagradables, sumado ahora un ruido ensordecedor (quizás por alguna maquina defectuosa).
Esta industria, que bajo el pretexto de haber generado 80 puestos de trabajo, fue puesta en marcha y funciona sin el menor reparo frente a la contaminación ambiental que está generando, con consecuencias dudosas en la salud de los vecinos (los mas cercanos ya se quejan de ardor de garganta y ojos, cefaleas), y ni hablar de la contaminación visual, donde -según sople el viento- hay momentos del día en que la visibilidad no alcanza a los 50 o 100 metros, con una neblina espesa, de olor metálico.
A eso sumemos el ruido, que si bien no daña la salud en forma de directa, nos quita ese placer que tenían las noches de El Nihuil, de silencio, obligándonos para poder conciliar el sueño cerrar todo tipo de ventanas, ya que esta industria trabaja día y noche horarios corridos.
Nada más lejos de mi intención, y la de los vecinos que padecemos esto, la clausura de esta fuente de trabajo. No buscamos que la gente quede en la calle, por una simple «molestia». No.
Buscamos, exigimos y creemos que las autoridades deben tomar cartas serias en el asunto, para que con medios técnicos esto se solucione.
Y esto por el bien no solo de los que vivimos al lado de esta industria, sino incluso por la salud de los trabajadores de Manferro. Nunca puede ser saludable estar aspirando eso todo el día.
Es realmente una lastima que arruinemos uno de nuestros principales destinos turísticos con este avasallamiento al medio ambiente.
Es una verguenza que  despreciemos de esta manera algo mucho mas preciado, que es el aire puro, limpio, tan preciado.
En los países industrializados, donde hay realmente una «cultura ambiental» digna de imitar. Es una lamentable prueba más que los argentinos somos «hijos de ricos», dándonos el lujo de contaminar sin medida, sin controles, sin respeto al prójimo.
El aire puro es un derecho y de las pocas cosas que aún son gratis. Nadie puede arrogarse el derecho de dañar la salud del prójimo en aras del beneficio propio, y menos de  un beneficio económico.
Esperando que nuestro reclamo llegue al destino adecuado, y se tomen cartas en el asunto, dando una solución definitiva al tema.
Desde ya , muchas gracias por su atención: Norberto Sambiasi

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