Fue a cargar nafta y terminó siendo maltratado e insultado por el playero

Respecto a la atención en distintos organismos públicos, privados, empresas y comercios, cada uno cuenta «según le fue en la feria»; es decir, según su experiencia personal recomienda o no estos sitios.

Y quien seguramente no irá a cargar más combustible a la YPF del Automóvil Club, es el Secretario General del Gremio de los Canillitas de San Rafael, Claudio Carrisi, un hombre por demás educado y simpático, que le tocó vivir una situación nada feliz con un playero de dicha estación de servicios.

Foto de archivo

Pero dejemos que él cuente pormenorizadamente los hechos:

«Me dispuse a cargar combustible a las 22:45… El despachante, de nombre Diego, se dispone a atenderme y le solicito que me rellene el tanque, ya que le falta no mas de 5 litros… Coloca la manguera y se retira a atender a otros clientes… Pasado un tiempo prudencial, y al ver que seguía atendiendo y no regresaba, me dispuse a comunicarle que la bomba ya había cortado, y que por favor me cobrara así me podía retirar… Explotó a los gritos, diciéndome si no veía que él estaba ocupado, y que por favor me retirara al lado de mi vehículo, que cuando se desocupara me iba a terminar de atender.
Le pedí que no me maltrate, que le estaba hablando bien, y me contesto «andá al lado de tu auto, pajero de mierda, y no me rompas los huevos que encima te voy a cagar una piña».
Solo contesté que me pidiera disculpas, y me volvió a repetir el insulto antes mencionado.
Su compañero de trabajo le llamo la atención, pero siguió ofuscado.
Por primera vez en mi vida paso semejante verguenza en un lugar público, y al cual concurro habitualmente.
Yo no se que se hace en estos casos, o que va a hacer la empresa con este joven que encima se negó a dar su apellido.
No creo que vuelva a comprar nunca más en nuestra querida YPF».

Lo cierto es que si bien la lenta atención en las estaciones de servicios muchas veces se debe a que hay poco personal para tanta demanda, por decisión del empresario, en otros casos es porque hay playeros que le piden permiso a un pie para mover al otro cada vez que se disponen a atender a un cliente, y no prestan atención al orden de como los automovilistas van llegando a los surtidores.

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