Históricas: El Almacén de Daniel Julian*

Julian
Innumerables son las personas, que desde distintas posiciones han contribuido tanto al desarrollo como a la convivencia del pueblo sanrafaelino.
Incorporamos en esta caravana de pioneros, la figura de Daniel Julián, nacido en una aldea de la provincia española de Teruel, quién junto a su hermano Gregorio llegó a Mendoza, accediendo al llamado de don Miguel Escorihuela Gascón residente en la capital cuyana.
A poco de su arribo a dicha ciudad, Daniel, en una diligencia se dirigió a San Rafael, donde un tío suyo poseía un gran almacén de ramos generales, en tanto que Gregorio se quedó en Mendoza para integrar el establecimiento vitivinícola Escorihuela, propiedad del arriba citado.
Meses después de su llegada a la ex «Colonia francesa», y habiéndose desvinculado su tío del negocio, éste fue adquirido por Juan Bautista Cornú y J.B. Landaburu, siendo entonces cuando se produjo el ingreso del joven Daniel Julián, de singular constancia y capacidad creadora.
Un par de años más tarde –corría 1904– abandonó la sociedad Landaburu, y quedaron al frente de la misma Daniel, junto con Martín Ayora, Juan Carlos Juantegui y el antiguo propietario, Juan. B. Cornú.
El comercio funcionaba por esa época en Cuadro Benegas, pero a raíz de la llegada del tren a San Rafael, y frente al evidente crecimiento de la población, fue trasladado al edificio sito en la actual Av. Mitre, esquina Tiraso, cuando promediaba 1909, año en que se retiraron dos de los miembros, y quedaron solo Cornú y Julián.
Posteriormente, el primero de ellos decidió encarar otros negocios en los que incluyó una bodega, pero breve fue su nuevo accionar, pues falleció poco después de comenzar la segunda década de 1910.
Daniel Julián, ya avezado y prestigioso comerciante constituyó una sociedad con Daniel Repullés y Evaristo Moldón en una población notablemente transformada, y al ritmo de los nuevos tiempos, optaron por mudarse a un edificio flamante enfrente del ocupado hasta entonces. Quedó ello en 1925, y significó el comienzo de una nueva etapa en la vida comercial del pujante San Rafael.
En 1946, y tras medio siglo de labor fecunda, falleció don Daniel, y fue reemplazado por sus hijos.
Tal, entonces, la trayectoria de aquel hombre de bien, alma de uno de los comercios mas acreditados del sur mendocino, del cual se había retirado antes el señor Repullés. Su empresa llegó a constituirse en agencia de instituciones bancarias, manteniendo su radio de acción efectiva en diversos distritos de la gran comunidad del sur de la provincia.
Circunstancias de la vida, quisieron que con el correr del tiempo, aquella sociedad que tuvo enorme arraigo en la zona, cerrar definitivamente sus puertas.
* Publicado en el suplemento “Historias, Personajes y Leyendas de San Rafael”, de SEMANARIO DEPARTAMENTAL.

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