Paralelismos en las causas del cura Grassi y el abogado Gustavo Lorenzo

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Dos delincuentes sexuales ya duermen en la cárcel, luego de batallar muchos años para intentar probar una inocencia de la que no son dueños.
El cura Julio César Grassi fue juzgado por corromper a dos menores, hace ya hace 17 años, mientras que el abogado Gustavo Lorenzo por abusar de su hijastra en el año 2009.
La Justicia bonearense demoró once años en hacer justicia (recordemos que las denuncias fueron hechas en 2002), en tanto la mendocina se tomó cuatro años en dar una sentencia definitiva.
Grassi fue condenado en 2009, sin embargo recién el año pasado el Tribunal de Casación la ratificó, y la semana pasada hizo lo propio la Corte Suprema de Buenos Aires.
El proceso de Lorenzo fue mucho más ligero: La denuncia fue realizada a mediados del 2009; en junio del 2012 la Segunda Cámara del Crimen lo condenó a 12 años de prisión; Casación confirmó la pena en febrero de este año, y la Corte ratificó todo lo actuado en mayo. Hasta entonces Lorenzo había llegado en libertad, pero inmediatamente se ordenó su detención, por lo que pasa sus días en la penitenciaría local.

EL CASO GRASSI

Julio César Grassi (57) es un sacerdote católico argentino fundador de la Fundación Felices los Niños.
En el año 2002, luego de una investigación periodística, Grassi fue procesado por abuso de menores, y en 2009 se le condenó por ese delito a 15 años de cárcel. Su defensa interpuso un recurso ante la Cámara de Casación bonaerense, que en 2010 fue rechazado por ese Tribunal, pero la sentencia no se consideró firme.
El 23 de diciembre de 1993 Grassi creó la fundación Felices los Niños en Hurlingham, donde hoy tiene su sede central, y con el tiempo se fue expandiendo en distintas localidades del Gran Buenos Aires, Capital Federal y del interior del país. Según Grassi el objetivo de la obra es el de «rescatar a los chicos de la calle y formarlos como honrados ciudadanos y buenos cristianos, al estilo de Don Bosco». La obra consiguió tener gran éxito y alcanzó gran crecimiento económico. El financiamiento de la obra incluyó un escándalo con el programa de Susana Giménez.
En octubre de 2000 se realizó una denuncia anónima contra Grassi por abuso, y en el mes de octubre de 2002 «Telenoche Investiga» puso en el aire un informe en el cual algunas personas acusaban al sacerdote de abuso sexual contra menores internados a su cargo en la Fundación Felices los Niños.
Pocos días después, la fiscalía de Morón tomó declaración a Grassi y éste negó las acusaciones. Alegó que se trataba de una venganza de viejos empleados de la Fundación y acusó a un menor de querer extorsionarlo. En ese mismo acto quedó detenido, pero la jueza de garantías a cargo del juzgado Nº1 dispuso su procesamiento por abuso sexual agravado contra un menor y corrupción en dos casos y dispuso su libertad morigerada.
Luego de oídas las pruebas, la fiscalía solicitó una pena de 30 años de prisión, y los abogados de las partes querellantes pidieron penas que oscilaban entre 20 y 37 años.
La sentencia, conocida el 10 de junio de 2009, encontró a Julio César Grassi culpable de dos hechos de abuso sexual y corrupción agravada de menores, y lo condenó a prisión por 15 años.
La defensa, la fiscalía y las partes querellantes apelaron el fallo y el 14 de septiembre de 2010, la Cámara de Casación Penal bonaerense rechazó todos los recursos presentados.
El 20 de septiembre de 2010, el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Morón resolvió que Grassi permanezca en libertad hasta que la sentencia quede firme.
La Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires confirmó la condena a 15 años de prisión por abuso sexual agravado y corrupción de menores.
Ahora quedó a disposición del Servicio Penitenciario Bonaerense y fue alojado en la cárcel de Campana.

 

EL CASO LORENZO
En el año 2009, Lorenzo abusó sexualmente de la hija de su concubina, que en ese momento tenía 11 años de edad.
Como en ese lapso la niña no se encontraba bien de ánimo, y había bajado el rendimiento en el colegio, su tía materna la llevó a su casa de Luján de Cuyo, donde la menor le confió todos los abusos que venía sufriendo por parte del abogado: «Me tocaba el chocho y la cola, y después Gustavo se hacía pis», contó -entre otras cosas- la criatura en su inocencia.
Inmediatamente la tía fue a hacer la denuncia a la policía de Lujan, que trasladó las actuaciones a San Rafael, donde la Justicia mandó a detener al profesional, el que luego recuperó la libertad (tras dejar como fianza la casa de calle Saavedra, por un total de 120 mil pesos).
El proceso continuó mientras la niña y su hermano (hoy tienen 14 y 15 años) se fueron a vivir a la casa de la abuela materna por orden judicial.
Pero lo más increíble del caso es que, pese a lo relatado por la niña, su madre (que tuvo un hijo con el abogado) descreyó de su testimonio y la acusó de delirar.
Es más, hasta el fin de semana continuaba conviviendo con el condenado, a quien escogió sobre la tenencia de sus dos primeros hijos.
El 6 de junio del año pasado, Lorenzo fue condenado a 12 años de prisión, sin embargo el fallo estableció en su artículo segundo que el imputado continúe en libertad, hasta que la sentencia quedara firme por parte de un tribunal superior.
En este sentido, en el mes de febrero el Tribunal de Casación rechazó la apelación de la defensa de Lorenzo; mientras que en mayo pasado la Corte negó el último de los recursos presentado por el condenado, por tanto se notificó a la Segunda Cámara del Crimen, que ordenó el cumplimiento efectivo de la condena.
Recordemos también que en el artículo cuarto del fallo, los jueces Jorge Yapur (Presidente), Raúl Rodríguez y Aroldo Gorri, solicitaron EXTRAER compulsa para que se investigue la probable comisión del delito previsto por el art. 247 del Código Penal, referido a la falsedad en la declaración judicial del psicólogo Marcelo Jesús Gurrea Fernandez, que habría intentado beneficiar a Lorenzo en sus pericias.

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