Pirotecnia en Navidad: Lo que sufrió «Pomelo», uno de los tantos perros sanrafaelinos

Solo quien tiene perros y los aman de verdad, pueden saber sobre el sufrimiento que estos animales experimentan con la explosión de pirotecnia.
La mayoría de la gente sabe que tienen 24 veces el oído más afinado que el hombre, pero le es difícil comprender como les duele hasta el cerebro cada vez que escuchan el estallido de, por ejemplo, una cañita voladora.
Luis Freire es un conocido vecino, que le tocó experimentar una pésima situación con su mascota esta madrugada. Pero dejemos que él nos cuente en primera persona lo que vivió su perro Pomelo:
Pomelo
«A eso de la una o dos de la mañana volvió a sonar la enésima bomba de estruendo. La desesperación de POMELO pudo más que el sedante que había tomado para pasar una nochebuena más o menos en paz. Cuando llegamos a la casa lo encontramos atrapado entre las rejas de la ventana, quejándose de dolor: una herida en el hocico, una hemorragia bajo una de las patas delanteras que aun no termina de cicatrizar y una pata quebrada que le impide moverse. Ahora está tirado, jadeante y con mucha sed.
En esta Navidad pido dos cosas: El teléfono de algún veterinario de guardia y que los seres humanos empiecen a ser un poco menos estúpidos».

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