Pobre Diablo tiene nuevo SUM, y se vienen los de Punta del Agua y Colonia Elena

En plena crisis laboral, de inflación y precios, el municipio de San Rafael sigue haciendo e inaugurando obras.
Esta vez, con la presencia del intendente Emir Félix y cientos de vecinos (principalmente niñas y niños), se cortaron las cintas del nuevo Salón de Usos Múltiples del barrio Pobre Diablo.

Por estos días se inaugurará un Sum (de similares características) en Colonia Elena, y próximamente otro en Punta del Agua.
Con estas obras -al igual que con las tareas de saneamiento- se pretende que las familias de San Rafael tengan una mejor calidad de vida, se sientan unidos en un espacio común, y adopten estos lugares como propios. El salón, que podrá ser usado gratuitamente para eventos culturales, capacitaciones, clases de apoyo para los chicos en edad escolar, talleres o eventos sociales de interés de la barriada, servirá también como merendero para las niñas y niños de la zona.

“Pese a la difícil situación que atraviesan el país y la provincia, que espero sea pasajera, el municipio sanrafaelino continúa ejecutando su plan de obras. Está entrando menos dinero, pero así y todo vamos llegando con emprendimientos a todos los rincones del departamento», señaló Félix.

URBANIZACIÓN DE ASENTAMIENTOS
La urbanización de los barrios El Molino y Pobre Diablo, se enmarca en el programa de mejoramiento barrial, que incluye puentes cruza calles, acequias, veredas, modernas luminarias, cloacas, agua potable y mejora de calles.
Dentro del Promeba está también la construcción del salón inaugurado el fin de semana por el intendente de San Rafael.
El nuevo SUM tiene un amplio salón, cocina y baños para damas y caballeros y, en el barrio, esperan que se convierta en un lugar de encuentro social, artístico y solidario para la gente, a la que cada vez – por una cuestión económica – le resulta más complicado viajar al centro de la Ciudad, para hacer alguna actividad de ocio o entretenimiento.
«Ahora tenemos un sitio para nuestras reuniones vecinales, y para que los chicos disfruten este lugar cerrado sin estar tanto en la calle”, aseguró María con más de 30 años de vida en Pobre Diablo.
En tanto Roxana, otra vecina, aseveró: “Nos viene genial, es amplio y está muy bien calefaccionado para hacer talleres. Está más calentito que mi casa”.

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