Se victimizó diciendo que le pegaron tres policías, pero…

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Esta semana apareció la imagen en distintos medios de comunicación, incluso nacionales, de un joven muy golpeado en su rostro, con hematomas varios, cortes, perdida de piezas dentales y hasta con fractura de cráneo.
La versión dada por el paciente, que se encuentra aún internado en el Htal. Schestakow, apunta a tres policías que asistieron al llamado que hizo el padre de su concubina.

LOS HECHOS
La parejita había salido junto a unos amigos al bar La Mona. Mientras tomaban algo, Lucas Pagliarulo (27) se enojó con Ana Alaniz (24), por cuestiones de celos; y entre otras cosas la tomó del brazo en forma violenta, lo que motivó que la joven huyera del lugar.
El hecho ocurió el domingo a las 5:30 de la madrugada, y como ella no tenía dinero caminó hasta la estación de servicios Esso, donde trabaja su papá, con el fin de pedirle a algún compañero de trabajo que le preste dinero para poder tomarse un taxi, y llegar al departamento que compartía con su pareja en calle Cte. Torres al 300.
Para tranquilidad de la chica, se encontró con su padre que estaba ingresando al turno. Enterado de la situación, se ofreció para llevar a su hija hasta la propiedad, para que pueda sacar algunas pertenencias, con el objetivo de irse a otro lugar provisoriamente.
Hasta allí llegaron padre e hija en el Dodge 1500 del hombre, y al intentar ingresar al complejo de departamentos, observan que llegaba por la vereda Lucas, quien comenzó a discutir con Ana.
Alaniz intentó mediar en la discusión, para calmar los ánimos. Ya en el pasillo del edificio hubo una serie de forcejeos, pues Lucas estaba fuera de sí.
El muchacho cerró el portón, dejando al hombre afuera y a Ana adentro. Es por eso que siendo las 6:17 Alaniz se comunica con el 911, donde explica lo que estaba ocurriendo.
Finalmente Ana sale a la vereda y Lucas sube al segundo piso, donde se ubica la casa, y desde la ventana comienza a tirarle la ropa de ella y de su hija de 4 años, con quien también convivían.
Padre e hija comienzan a recoger la ropa, y la metieron en el auto. Acto seguido el joven baja, se coloca en posición de combate y le larga un golpe al mentón a Alaniz, quien cae al piso. Luego se levanta, forcejean, y el hombre toma un palo que encuentra en la vereda, frente a una obra en construcción.
Piña va, piña viene, Alaniz logra aplicarle también un golpe con dicho objeto, que habría sido el causante de la fractura de cráneo. También Ana pudo ver que en la contienda su ahora ex pareja perdió al menos un diente.
En ese momento arriba un móvil de la Comisaría 8va con tres uniformados, que ayudan a la separación de los pugilistas, e invitan a las partes a hacer la denuncia.
Es más, ofrecieron a Lucas a llevarlo ellos mismos al hospital o la comisaría, viendo como se encontraba de ensangrentado.
Lejos de firmar la paz, el muchacho arremetió contra el Dodge 1500 y comenzó a agarrarlo a patadas; es por eso que los efectivos lo redujeron, pese a la resistencia del joven, por lo que tuvieron que hacer uso de la fuerza pública.
En virtud de la reacción violenta de Lucas, los policías le exigieron a padre e hija que suban al coche y se vayan.
Hasta allí fue lo visto por Ana, en cuanto al trabajo policial.
Cuando lograron tranquiliar a Lucas, éste pidió subir a su casa para cerrarla con llave, antes de ser asistido; subió las escaleras pero nunca más bajó, por lo que los efectivos comunicaron lo sucedido a las 6:37 y se retiraron del lugar.

¿QUE PASO?
Lucas terminó hospitalizado; y culpó a los policías de su estado. Dijo no conocerlos, pero que los reconocería porque recuerda sus rostros.
El juez Pablo Peñasco ordenó el lunes la detención de Alaniz, que estuvo en la Unidad Investigativa hasta el martes a la noche, acusado de lesiones.
Ese mismo día también decretó la aprehensión de uno de los policías de la Octava que participaron en el procedimiento, quien también recuperó la libertad.

¿VIOLENCIA DE GENERO?
La pareja comenzó a noviar hace 8 meses, y en abril ambos decidieron alquilar un departamento e ir a vivir juntos. Recodemos que Ana tiene una nena de 4 años de una relación anterior, y la niña formó parte de la conviviencia.
El 8 de junio pasado, Ana protagonizó el primer ataque físico de Lucas, quien en el interior de la vivienda le pegó con puño cerrado en el rostro y la ahorcó con sus propias manos.
Una vecina que escuchó los gritos llamó a la policía, que subió a la propiedad logrando detener la golpiza. Sin embargo Ana no radicó la denuncia. En cambio, habló con su suegra, Susana Pereyra, quien es directora del personal no profesional del Htal. Schestakow.
En la reunión que mantuvieron los tres, Lucas se comprometió a bajar su nivel de agresión, pero en distintas dicusiones posteriores volvió a los empujones y tirones con su pareja, quien también le contó lo que estaba viviendo a su padre, el cual habló con su yerno en varias oportunidades.-

CONCLUSIONES
Lo que no cuenta Lucas es que la paliza que le dio su suegro fue producto de un cuerpo a cuerpo que él mismo generó, en un total estado de nerviosismo.
La mayoría de las lesiones que presenta se las provocó Alaniz, con un palo mediante, y lejos de calmarse ante la llegada de los efectivos, más se encolerizó, por lo que los policías debieron reducirlo como pudieron, tarea que no es fácil, y que sólo conocen trabajadores ligados a las fuerzas de seguridad, porque todavía no se permite en la Policía de Mendoza el uso de armas de shock eléctrico.
Desde ya que la pareja terminó; Ana fue a buscar todas sus cosas y las de su hija, y reside ahora en la casa de su padre.
Lo peor de todo fue que se sindicó a un humilde playero como un mafioso que dio órdenes a los uniformados de darle una paliza a su yerno, sólo por el hecho de trabajar en la estación de servicio donde cargan combustible los patrulleros.
Ana adelantó a HOY SAN RAFAEL que por temor a ser golpeada nuevamente, el lunes pedirá una orden de restrición de acercamiento contra su ex pareja.

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