Luis Montijero tiene 62 años. Trabajó toda su vida, y lo sigue haciendo en su gomería de Ruta 143 s/n, de Salto de las Rosas.
Pero un día dos o más jóvenes de malvivir decidieron que Montijero no trabaje más; literalmente que se funda, que deje de comer.
Cuando ayer a las 7 de la mañana el hombre llegó a la gomería, se encontró que había sido saqueada.
Tras saltar una pared y romper la ventana del baño, los cacos le llevaron buena parte de sus herramientas de trabajo, como un cajón de plástico, un taladro, discos de amoladora, un medidor de presión de aire, llaves de distintas pulgadas, destornilladores, más herramientas y hasta un cargador de celular y tres cámaras de bicicletas.
En fin, los elementos con que el trabajador arreglaba las pinchaduras y cambiaba cubiertas de sus eventuales clientes.
En el mercado negro esas herramientas se venden a un precio irrisorio, que apenas les alcanzará a estos malechores para comprar un par de porros y cervezas durante el fin de semana. Sin embargo, el daño hecho a Montijero fue enorme: lo dejaron sin trabajo.
Vale resaltar que el gomero le dio a la policía un par de apellidos, de malvivientes de la zona, que podrían ser los autores del hecho (imagen ilustrativa).