Todavía está fresco en el inconsciente colectivo aquella frase que iba a condenar a Celso Jaque al eterno ridículo.
En un spot publicitario, realizado días antes de las elecciones de octubre de 2007 que lo llevaron a la gobernación, el malarguino dijo que tenía un mapa del delito muy útil, que le había llevado dos años crearlo, y que eso lo ayudaría a bajar el crimen un 30% en seis meses (sic).
«Y eso, para empezar», finalizaba diciendo en la publicidad, que aún puede verse en You Tube, con bromas mediante, comenta SEMANARIO DEPARTAMENTAL en su edición de hoy.
La estrategia le dio éxito, ya que abordó el tema que más preocupa a la comunidad mendocina. Por ende, lo eligieron para que comande la provincia por cuatro años.
Luego de ser electo la mentira quedó al descubierto: Como no tenía un equipo que lo asesorara en seguridad (todo lo contrario a lo que había dicho) terminó llamando al demócrata Juan Carlos Aguinaga, para que comande el ministerio, ya que éste, siendo candidato a gobernador por el PD también habló sobre la seguridad, aunque no dio fechas ni porcentajes de soluciones, como lo hizo su rival.
La gestión del dirigente ganso fue un fiasco, y se fue a los tres meses, en medio de una pugna con organizaciones de derechos humanos, que cuestionaron la designación como Secretario de Seguridad de Carlos Rico, un hombre que actualmente se encuentra detenido en el penal de San Felipe acusado de crímenes de lesa humanidad.
Después fue el turno de Carlos Ciurca en el ministerio, que duró mucho más, pero que no logró los objetivos planteados por Jaque. Es más, el delito subió en vez de bajar en esos famosos seis meses. EL MAPA DEL DELITO BRILLÓ POR SU AUSENCIA!!!
Durante los cuatro años de gobierno de Jaque, tuvo en la Sría. General de la Gobernación a Alejandro Cazaban, funcionario que pasó sin pena ni gloria por la función. Sin embargo, se postuló como el heredero del ahora embajador en Colombia. Quiso ser el candidato a gobernador del Justicialismo, pero la ilusión le duró poco, pues lo bajaron de un hondazo.
Donde el «Chiqui» no pasó desapercibido fue en el ministerio de Seguridad que condujo entre 1997 y 1999. Fue nombrado por su amigo Arturo Lafalla, y tras el crimen de Sebastián Bordón destruyó todo el organigrama policial, empezando por San Rafael. Acabó con la escuela de policía y en su gestión la inseguridad subió a límites insospechados.
¿SEGURIDAD EN EL CONCEJO?
Sabido es que el Concejo Deliberante se aboca a temas meramente comunales; sus atribuciones son limitadas, lo que no ocurre con el Poder Ejecutivo Provincial o Nacional.
El HCD no maneja a la policía, no tiene presupuesto para temas ligados a la seguridad (ni el Ejecutivo lo tiene), no puede reformar el Código Penal y no tiene injerencia en la penitenciaría.
En definitiva, un concejal nada puede hacer por la seguridad, más que reunirse con el ministro o un jefe policial para pedirle (no exigirle) más patrullaje en un determinado lugar, o solicitar -con un proyecto de ordenanza- el corte de yuyos en un baldío, o la colocación de una luminaria en una zona oscura.
Por lo tanto, el spot publicitario que ahora despliega Cazaban, a toda pompa por la pantalla de Telesur, es inviable.
Nada concreto y medible puede hacer por la seguridad, la que asegura que los sanrafaelinos volverán a recuperar, si es que lo votan en la interna del próximo domingo 2 de junio.
Cazaban hizo una buena lectura de la preocupación social, pero la gente no se olvida que fue socio político de Jaque, que hizo lo mismo e incumplió; aunque en el caso del «Chiqui» no hace falta esperar para develar su mentira, pues si se transforma en concejal nada podrá hacer para terminar con ese flagelo, simplemente porque no le compete a dicho Cuerpo.