Excelente ensayo explica por qué es critica la situación del sector productivo del Sur Mendocino

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POR EL ING. FRANCISCO SALONIA* – Los números en las distintas áreas que componen la actividad agropecuaria en el Sur de la provincia y, fundamentalmente, la agrícola, van decreciendo año a año en las últimas décadas, mientras que en otras zonas de la provincia, llámese Valle de Uco y zona Norte de la provincia, estos índices se han acrecentado en forma exponencial en los últimos años.
Si hablamos puntualmente del sector vitivinícola, el aumento de inversiones en las últimas 2 décadas en la zona Centro y Norte de la provincia ha sido altísimo y, en el Sur, ha sido muy bajo y casi nulo.
En la década del `80 la industria fruti hortícola (fundamentalmente conservera) en el oasis Sur tenía un importante asentamiento y, por ende, una gran cantidad de puestos de trabajo. Hoy en día, eso tampoco ocurre.

¿A qué se han debido estas grandes diferencias entre el Sur y el Norte?
Creo, en primer lugar, en sobre dimensionar algunos accidentes climáticos que ocurrieron, por ejemplo, con más acentuación en la década del `90, o, menor dicho, no transmitirlo correctamente. Existen celdas o zonas perfectamente identificadas en la provincia de Mendoza que, no sólo circunscriben una determinada zona dentro de un departamento sino la intensidad de granizo que cae en esa zona. Así, por ejemplo, existen zonas de similar incidencia de granizo en San Rafael que en Tupungato (por dar un ejemplo) o zonas de mucho granizo en Lavalle como en algunas zonas también de San Rafael, pero no en todo San Rafael ni en todo Lavalle cae la misma cantidad de granizo, por dar un ejemplo. Se debería realizar la difusión con un poco más de criterio técnico y puntual. Obviamente que estas difusiones exageradas, a veces, de todo un departamento pueden ser para algunos obtener beneficios con algunos subsidios o algunos beneficios impositivos pero que, en general, lamentablemente, no han atraído ni atraen a inversores.
Si uno observa con detenimiento cómo daños climáticos ocurridos casi en forma simultánea en la zona Centro y en la zona Sur, los daños en la zona Centro aparecen en los diarios casi disimulados (“cayó granizo en una pequeña zona, abarcando una escasa superficie de terreno”), en el último renglón en los diarios en blanco y negro.
Acá vemos a funcionarios, no sólo de gobiernos del momento sino inclusive de las distintas ONGs recorriendo los viñedos, como preocupados por el flagelo, sin darse cuenta que la solución no es mostrar lo malo sino tratar de solucionarlo y no mostrar algo que, como dije anteriormente, no atrae a ningún tipo de Inversionista que quiera llegar a la zona Sur.
Pero estos problemas se siguen agravando con la política de precios y, en particular, las denominadas “uvas finas” donde y, hasta el momento, no entiendo el motivo, que las bodegas de San Rafael, e incluso bodegas de otras zonas que compran uva en San Rafael, pagan menos el kilogramo de uva que esas mismas uvas producidas en el Valle de Uco o en la zona Norte, teniendo, por lo menos, en los estudios que uno ha podido observar (micro vinificaciones INTA 1993, 1994 y 1995) ninguna característica diferencial organoléptica que pueda considerarse que es de menor calidad.
Es de público conocimiento que establecimientos importantes de la zona han obtenido importantes premios internacionales con vinos de uvas sanrafaelinas producidas en este terruño.

¿Qué faltaría hacer para jerarquizar el oasis Sur?
En primer lugar tratar de atraer a través de políticas de seducción a potenciales inversores. El que suscribe, hace más de 20 años que todas las semanas va hacia la zona Centro y Norte de la provincia y así (como alguna vez llegaron mega grupos económicos a zonas como Tupungato, Tunuyán, Luján de Cuyo, por nombrar algunos departamentos) y luego, no sólo otros grupos económicos sino inversiones locales fueron atraídos en un “efecto dominó” hacia esas localidades.
Una tierra hace 20 años en el Valle de Uco valía exactamente igual o tal vez unos pesos menos que en San Rafael y era casi similar a los valores de General Alvear. Hoy vale 20 veces más y, ni hablar cuando se incluyen mejoras arriba de esas tierras. Además, dentro de esas mejoras hay un aporte importantísimo de tecnología y esto, evidentemente, hace cultivos con mejores precios y con mayores rendimientos.
Uno observa que los productores, en su mayoría de la zona Sur, son de edad avanzada, que pocos jóvenes quedan en las fincas, pero que menos aún, no crecen económicamente. Sin embargo, en otras zonas de la provincia se observan productores jóvenes, creciendo año a año, cambiando sus maquinarias, sus vehículos y aumentando sus áreas de producción.
El agro sigue siendo un buen negocio cuando éste no sólo es eficiente en cuanto a la producción sino también a precios y, lamentablemente, en la provincia tenemos 2 provincias separadas: el Sur, pobre en esa área, con productores con bajos rendimientos (en general, no todos) y con bajos precios; en el Centro y Norte, con productores no sólo asesorados correctamente sino con producciones altamente demandadas, en muchos casos por estos nuevos inversores que no sólo dependen de los mercados internos sino fundamentalmente de mercados externos.
Los gobiernos de los últimos años no han colaborado para nada en esto, no sólo por ser grandes promotores de difundir las malas noticias sino por no hacer esta denominada “política de seducción” para que inversores grandes, fundamentalmente, se acerquen al oasis Sur y, de esta manera, hagan importantes inversores y, a su vez, otros puedan imitarlos. Sino también las ONGs, como las cámaras de comercio que no toman como prioridad este concepto de jerarquizar a la región; otras zonas ya entendieron esto hace muchos años, por eso, que sin tener características agroclimáticas sustancialmente diferentes, hoy en Tupungato (y gracias a estas políticas) no se consigue una tierra en blanco con agua (seguramente de una perforación de más de 200 m de profundidad) a menos de U$S 20.000 la hectárea. Y no se trata sólo de un negocio inmobiliario, se trata de que además esas tierras bien trabajadas, como se hace generalmente en esas zonas, dan rentabilidad. En la gestión del que suscribe como director de la Cámara de Comercio de San Rafael, se realizó un trabajo en conjunto con el Ministerio de Economía con el gobierno provincial de ese entonces, y se realizó un CD donde se mostraban las distintas potencialidades del sur mendocino en cada área. Un trabajo que costó mucho tiempo relevar y con varios viajes a Mendoza para consolidarlo con la gente del ministerio. Ese trabajo quedó sólo en un buen intento, hoy se podría perfectamente actualizar, mejorar y difundir.

Entonces, ¿cuál es el camino a continuar?
El camino es muy claro, son sectores que tienden a no desaparecer sino a ser casi economías de subsistencia al no causar ningún efecto en el PBI provincial y empezar a dedicarse a otros rubros, como el turismo (me estoy refiriendo particularmente a San Rafael) y todo lo que este rubro conlleva a un cierto movimiento comercial, gastronómico, etc.

Pero ¿por qué no recuperar de verdad el sector agropecuario?
Recuperar el sector agropecuario significaría, en primer lugar, tomarlo como política de estado. Realizar entre todos los actores: gobierno provincial, gobiernos municipales, cámaras de comercio, productores independientes, etc., incluso ¿por qué no pedir la ayuda a profesionales privados (que saben mucho de este tema) y estado nacional, que posee recursos para colaborar en este primer estudio?
Primero: un diagnóstico claro del potencial de la zona con datos técnicos precisos en cuanto a superficies a destinar para la producción, características de suelo, cantidad de agua, calidades de agua, disponibilidad de agua, cultivos desarrollados, áreas de estos cultivos y todo lo referido a lo técnico en cuanto a la producción primaria. Obviamente que hay que complementarle el segundo paso que es: cantidad de bodegas disponibles, nivel de tecnología de las mismas, entre los datos en igual medida para la industria fruti hortícola. De esta manera, mostrar a aquellos productores que de verdad trabajan bien (que son muchos) y que producen a los mismos niveles que en el Valle de Uco para demostrar técnicamente que es posible obtener los rendimientos y las calidades que allí se obtienen. A partir de ahí, realizar una campaña a nivel nacional e internacional que acepte capitales al oasis Sur y, de esta manera, potenciarlo con un flujo de fondo fresco que hoy no poseemos.
Tercero: mejorar tecnológicamente a los productores que actualmente continúan trabajando y que ya cada vez son menos para que, de esta manera, “hacerlos jugar en primera” como el resto de los productores, con buenos rendimientos y buenos precios.
Hay muchos factores que hoy no son utilizados porque no se hace nada al respecto y que deberían ser tenidos en cuenta para “poder revalorizar la zona”. Uno de ellos es la disponibilidad de agua, tanto por riego superficial como la cantidad de agua subterránea y la no regulación de perforaciones que existe aún en el oasis Sur, producto justamente de la cantidad de agua subterránea que existe; con un estudio pormenorizado de las tierras, presentar las cualidades de nuestros suelos. En cuanto al clima, heladas y granizo en mayor o menor intensidad existen en toda la provincia, es más, la incidencia de las heladas es menor en muchas zonas de la región Sur que en el Valle de Uco, como se conocen productores que llegan a realizar lucha activa contra las heladas hasta 10 y 12 veces por año, cosa que en el Sur se hace en casos muy puntuales. En cuanto a la vitivinicultura, se puede demostrar a través de micro vinificaciones (ya hablado esto anteriormente) donde no hay diferencias en cuanto a las uvas y los caldos vínicos obtenidos en uno u otro oasis. Este tipo de cosas ya se hizo hace varios años y está comprobado, falta obviamente difundirlo.
La Denominación de Origen San Rafael fue un intento iniciado por Valentín “Tincho” Bianchi junto a otros bodegueros de la zona para lograr esto. Diferentes circunstancias de la vida no llevaron a seguir este emprendimiento. Hubo intento fallido de algún período de la Cámara de Comercio pero todo fracasó. Recuerdo presentaciones de la Denominación de Origen San Rafael en cientos lugares, no sólo en la Argentina sino en todo el mundo, donde se llevaba el nombre “San Rafael” a cada uno de estos lugares, teniendo en ese entonces una puja muy grande pero una competencia leal con la entonces Denominación de Origen Luján de Cuyo. Recuerdo perfectamente que parecíamos 2 fieras tratando de posicionar y cuidar su territorio, posicionándonos de la mejor manera en todos lados del mundo. ¡Qué lejos nos encontramos de esos tiempos! Y hoy ver la cantidad de establecimientos que en los últimos 20 años se ubicaron en Luján de Cuyo y la casi nula cantidad de nuevos grandes inversores que aparecieron en la zona oasis Sur de San Rafael.
Creo que hay que revisar cada sector, hay que diagnosticar con argumentos técnicos que convenzan a inversores. Hay que proyectar y realizar un mapeo de las zonas (muchos de estos estudios ya están hechos, sólo falta juntarlos para así potenciarlos). Nuestros legisladores deben conseguir además ciertas diferencias impositivas para atraer aún más a los inversores. Todos tenemos responsabilidad para poder hacer el cambio, estoy convencido que aún estamos a tiempo. Hay algunos protagonistas que tienen más responsabilidad. No echemos la culpa hoy a nadie, pensemos en el futuro que esto se puede resolver. Hay que formar (no sé si se llama Dirección desde el gobierno o Comisión con privados y estatales) pero realizar estos estudios para reconvertir al Sur de la provincia y tener los argumentos necesarios para revalorizar un polo importante de atracción de inversores que, no sólo sirva para inversores nacionales sino internacionales y, a partir de allí, difundirlo a través de esta misma comisión con datos, como se dijo anteriormente, que puedan convencer y atraer a inversores que están en todo el mundo y están esperando lugares para poder traer sus divisas; generar trabajo. Lo bueno que tiene el Sur de la provincia es que en algún momento lo estuvo porque explotaba la cantidad de bodegas y la cantidad de fábricas conserveras. El potencial está, sólo falta ponerlo en marcha.

*Ing. Francisco Salonia (Empresario, Ing. Agrónomo de Banco Nación, Banco Santander Río, Cuyo Aval SGR, ex director Cámara de Comercio de San Rafael, asesor de entidades financieras y privadas, ex coordinador Denominación de Origen San Rafael, asesor de establecimientos agropecuarios y vitivinícolas en la región)

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