Falsa denuncia mediática y «sed de sangre» contra Julieta Silva

El 50% de los sanrafaelinos no cree que la muerte de Genaro Fortunato fue accidental, y directamente tildan a Julieta Silva de asesina.
Ese número se basa en una encuesta digital que hizo HOY SAN RAFAEL hace escasas tres semanas.
A estos vecinos no les importa el fallo judicial que se conoció el lunes, y que asegura que se trató de un homicidio culposo; es decir, sin intención. Se quedaron con la acusación fiscal, que es la primera que dieron a conocer los medios, y que a la Dra. Andrea Rossi le costó que los jueces de la audiencia de prisión preventiva casi la mandaran a estudiar derecho nuevamente.
No les importa que no hubo un móvil razonable para esa reacción, tampoco lo que dicen las pericias, ni que los argumentos acusatorios del fiscal Guzzo carecían de toda prueba.
Para ellos ya es una verdad revelada: Julieta atropelló la cabeza de Genaro a propósito, por ende los jueces son corruptos.

La fortuna que Julieta Silva amasó producto de las prepizzas que prepara en su casa y vende a sus amigos, fue a parar a los bolsillos de los jueces del Tribunal que la condenó

Para esta gente, los magistrados Rodolfo Luque, Julio Bittar y María Eugenia Laigle (de trayectoria impecable) no solo son corruptibles, sino baratos, pues se conformaron con el dinero que les pagó Julieta producto de las prepizzas que desde hace un tiempo está vendiendo para poder sobrevivir.

CONDENA POR HOMICIDIO CULPOSO
Julieta cometió un delito vial: manejó borracha y sin sus anteojos recetados. Además, fue negligente en la conducción, al punto que dejó de mirar hacia el frente de la calle, para hacerlo al costado este de El Chañaral, presuntamente en búsqueda de Genaro, para devolverle el celular y las llaves de su casa.
Esa displicencia le costó la vida a su novio, que (no es para analizar ahora) estaba desparramado e inconsciente sobre el asfalto, algo que no es común encontrar a la hora de circular por la calle.
Por ese conjunto de imprudencias, la joven fue sentenciada a 3 años y 9 meses de prisión.
Castigo exiguo para esta gente con sed de sangre y cadenas perpetuas. Les parece poco y nada tener que vivir durante casi cuatro años en una casa de tres ambientes sin poder salir ni a la vereda y cuidando dos niños.

FALSAS DENUNCIAS
Resulta que ahora hay gente que ve a Julieta paseando por el centro y hasta manejando, cuando fue condenada a 8 años de inhabilitación para ello.
Cualquier mujer joven, delgada, de pelo castaño lacio recogido, que luzca gafas grandes y que se vea caminando por las calles de San Rafael para algunos es Julieta.
Es lo que mostró hoy un medio colega, desconociendo los colegas que Silva está cumpliendo prisión en la modalidad domiciliaria, por lo que se encuentra utilizando una tobillera especial, que si rompe o se aleja 20 metros de su casa inmediatamente el servicio penitenciario es alertado por el sistema.
Prácticamente aseguraron que la «asesina» manejó ayer a la tarde un Renault 12, y que se estacionó frente a un Rapipago de calle Gutiérrez. El canal de aire mostró una filmación donde se ve a una mujer dentro del vehículo, que bien podría ser Julieta Silva como Thalía con anteojos.

Pero como la mentira tiene patas cortas, salió a hablar la titular del coche, de nombre Sandra, y se tomó a gracia el video que emitieron. «Me enteré porque me llamó mi familia para decirme que me confundieron con Julieta, cuando ni parecidas somos», dijo.

La mujer que confundieron con Silva

EL ABOGADO DEFENSOR
Si bien la defensa de Alejandro Cazabán fue impecable, hay que decir que su designación como abogado no le jugó bien ante la opinión pública.
Es que Cazaban fue un pésimo Ministro de Seguridad, del entonces gobernador Arturo Lafalla, y aún peor Secretario General de la Gobernación de Celso Jaque.
La Justicia se quedó dormida con la causa de sobreprecios en la publicidad, pero en el inconsciente colectivo de los mendocinos se recuerda su implicancia en ese delito.
El Dr. Cazabán carece de buena imagen en su tierra natal, y eso lo hizo saber la gente en las redes sociales.


COLOFÓN
En definitiva, Julieta es odiada por la mitad de los sanrafaelinos.
Es una villana que salió prácticamente impune de un crimen planeado y perpetrado con una profesionalidad sin precedentes.
Nada les hará cambiar de opinión, ni siquiera que Casación o la Suprema Corte confirme la condena actual. Para ellos Julieta es una asesina, y punto final.
Son peritos, jueces, especialistas, criminólogos y leen la mente. En definitiva, son superdotados, lo que nos hace pensar ¿por qué el país anda tan mal con estas mentes brillantes sueltas?

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