Esta madrugada, cuando la temperatura bajó por sobre los cero grados, el propietario de un Ford Escort gasolero tuvo que llamar a los bomberos, porque se le incendió el vehículo.

Increíblemente, el dueño había prendido una vela, que colocó debajo del auto, con el fin de que el motor no se congele.

Lógicamente, pasó lo previsible: se incendió. El siniestro tuvo lugar en calle Coronel Plaza al 1100 y, según dijo el hombre a los bomberos, en otras oportunidades había hecho lo mismo, para que el coche arrancara en la mañana.

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