El mantenimiento de la nueva Terminal de Omnibus no es el que esperábamos; su gerenciador (el mismo que de la terminal de Retiro), Néstor Otero, no da «pie con bola». A saber:
– De todas las cámaras de seguridad que tiene el predio, sólo funcionan dos.
– La puerta norte que da a Av. General Paz hace meses está fuera de funcionamiento (foto).
– Uno de los blindex de la puerta sur está rajada desde hace semanas, y no le cambian el vidrio.
– El baño de hombres habilitado está tapado, y el olor que desprende es tremendo.
– La totalidad de los sanitarios no cuentan con papel sanitario ni jabones.

Recordemos que el concesionario de la terminal recibe plata por el alquiler de los locales y boleterías (que oscilan entre 23 y 30 mil pesos), por el ingreso de colectivos al predio, publicidad, estacionamiento, etc.
En tanto, sus egresos son, entre otros, el canon mensual que pagan al municipio (por el derecho a la concesión), el sueldo de una decena de empleados (los justos y necesarios, ni uno más), y el mantenimiento del edificio, por el que le cobran a sus inquilinos un promedio de 10 mil pesos de expensas por mes.
Teniendo en cuenta la cantidad de locales y boleterías, y ómnibus que entran y salen por día, sin la necesidad de que usted sea contador, notará que los ingresos superan ampliamente los egresos; sin embargo Otero no repara los bienes que le fueron confiados por la Municipalidad, ya que su empresa no puso absolutamente NADA.
Es más, aún esperamos que instale la estructura y la tela antigranizo en el estacionamiento, donde los autos quedan expuestos al sol, y eventualmente a la furia del granizo.
Para terminar nos preguntamos: ¿Vendrán sanciones por parte del municipio?

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