En el marco de una exposición de trabajos que debían hacer ayer alumnos de la escuela Manuel Ignacio Molina, la profesora de química los instó a fabricar una bebida alcohólica, simil al Gancia.
Los adolescentes tuvieron que llevar la materia prima, y si bien no era para ellos el consumo, uno de los jóvenes se tomó varios vasos del producto, al punto que se desvaneció y tuvieron que pedir el auxilio de una ambulancia en el establecimiento.
No habría sido el único menor que consumió, pero los otros no se descompusieron.