Los asesinos de Raúl Gimenez y Luis Ortega estuvieron ayer en medio de la hinchada de Huracán, cuando debían estar en la penitenciaría.
Jorge Pablo Morales y Marcelo Hevia, quienes en 2003 y 2004 asesinaron a Giménez y Ortega respectivamente, aprovecharon la salida transitoria del día domingo, para asistir al estadio de Pueblo Diamante, donde jugaron el Globito y Balloffet, encuentro en que el local ganó 3-0.
Expresamente, las salidas transitorias son para visitar a familiares en sus casas. El beneficio no le permite a los reclusos asistir a ningún tipo de evento.
Evidentemente falló, y muy feo, el organismo de control (que depende la cárcel) que debe vigilar lo que hace esta gente al salir.
Además, Morales y Hevia no pasaron desapercibidos en la cancha, pues discutieron con la policía y hasta intercambiaron palabras con los jugadores de Huracán (foto de archivo).
MORALES 18 AÑOS Y HEVIA 20 AÑOS DE CARCEL
El 24 de enero de 2003 Morales mató al «Negro» Raúl Gimenez, futbolista y hermano del cantante Horacio Giménez. Después de la medianoche, totalmente drogado u alcoholizado, el ahora recluso quiso comprar una damajuana de vino en un negocio, y ante la negativa del dueño lo baleó. El hijo del comerciante, Raúl, salió en defensa de su padre, recibiendo a cambio un disparo mortal.
18 años de cárcel le dieron a Morales, y desde la mitad del cumplimiento de su condena goza de las denominadas salidas transitorias.
En tanto Hevia fue condenado a 20 años de cárcel, por haber matado a Luis Ortega, un repartidor de 35 años, mientras hacía su trabajo en la Isla del río Diamante. El hecho ocurrió el 28 de junio de 2004, y su muerte fue en el contexto de un intento de asalto.
Vale decir que Ortega dejó una nena de tres años, y a una mujer embarazada de 5 meses.