Opinión sobre el paro docente

Paro
POR PABLO GLANZ – Mi experiencia como padre de alumno de escuela pública lleva poco más de dos ciclos lectivos. En realidad, debería poder decir que lleva un poco más, pero mientras este año el inicio de las clases siga siendo incierto, puedo decir que mi experiencia como padre de alumno en la escuela pública lleva sólo dos ciclos.
Ya es parte del pasado el inicio tardío del ciclo lectivo del año 2013, también lo son la cantidad de nuevos feriados, las jornadas de capacitación docente, la lluvia, la electricidad en las paredes, los días de.. de tantas cosas, la nieve, la gripe, la tos, la fiebre o cualquier otra enfermedad, tanto de los niños, como de los docentes, a los cuales el Estado no les asigna suplentes, sino que simplemente suspende las clases.
Lo que no es pasado, y tampoco presente, sino futuro, es la disminución progresiva de la duración real de los ciclos lectivos. Esto no es una crítica a los docentes o a el gobierno de turno, sino como muestra de REALIDAD!.
Todos los años escuchamos frases «hechas» como que «los niños son rehenes», que los «docentes esperan a último momento», que el «gobierno dilata las negociaciones» y hasta algunos padres que dicen, «mejor, siguen de vacaciones» o «así duermen un poco más» y más o menos para abril ya nadie se acuerda. Mucho menos en Enero del año próximo, mes ideal para evitar que esto pase año tras año.
Los estudios que muestran la baja en la calidad de la educación argentina no reflejan sino esto. ¡A nadie le importa la educación. A nadie!.
   Que cada uno haga su parte:
– Señores políticos, gobiernen con criterio, no nos mientan que no somos estúpidos y solucionen nuestros problemas, que para eso fueron elegidos por el pueblo.
– 
Señores Docentes, eduquen a nuestros hijos, sino, simplemente todos como sociedad nos iremos volviendo más estúpidos.
– Y, sobre todo, Señores padres, hagamos algo por nuestros hijos, salgamos a la calle, vayamos a las escuelas, hablemos con los dirigentes políticos, hablemos con los gremios, HAGAMOS ALGO.

   En casa enseñamos a nuestras hijas valores, a respetar, a no robar y a ser mejores personas. Pero a leer y a escribir se aprende en la escuela.
   Y no solo en la escuela privada, en la pública también.

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